Signos de Puntuación

 Signos de Puntuación 



     Los signos de puntuación son herramientas o signos gráficos que se utilizan para marcar pausas, las cuales confieren sentido y significado a nuestros textos. La puntuación varía según el estilo de escritura; sin embargo, las diferencias de estilo que se puedan presentar no eximen a nadie de cumplir con ciertas normas mínimas y de evitar errores generalmente considerados como inaceptables. Los signos de puntuación de uso más común en español son:


  El punto (•): signo que marca la finalización de un enunciado o de una expresión oral. Este signo permite comprender y diferenciar las ideas del párrafo o del bloque. Hay tres clases de puntos: punto y seguido, punto y aparte y punto final. 

      punto y seguido: separa los enunciados que componen un párrafo o bloque. Después de éste se continúa escribiendo en la misma línea. Ejemplo: Existen muchos mitos en torno a las causas de la violencia doméstica. Son afirmaciones que se repiten para explicar las motivaciones de la situación de violencia doméstica. 

     punto y aparte: separa bloques cuyas ideas son diferentes. Cada bloque se inicia con sangría, es decir, el primer renglón debe tener un margen mayor que el resto de las líneas que lo componen. Ejemplo: Obsérvese cualquier texto. 

    punto final: es el que cierra un texto. Ejemplo: Obsérvese cualquier texto.



  La coma (,): marca una pausa breve dentro de un enunciado. Se utiliza en los siguientes casos: 

   i) para separar los elementos de una enumeración (de palabras o proposiciones), que no estén precedidos por las conjunciones y, e, o, u. Ejemplo: Hemos visitado el castillo, la plaza, el mercado y la iglesia. 


 Nota: Sí se puede escribir coma antes de las conjunciones y, e, o, u, ni, cuando el enunciado expresa un contenido distinto a lo anterior. Ejemplo: El día era claro, brillaba el sol, el aire reverberaba, y nosotros decidimos salir de paseo.
 

   ii)  en incisos (aposiciones u oraciones explicativas) que interrumpen momentáneamente la oración y, en general, en cualquier alteración del orden lógico de la oración. Ejemplo: Ernesto, el amigo de Alberto, estudia Medicina. 

  iii) en vocablos o llamadas de atención. Ejemplo: Marta, te esperamos en la oficina. iv. en las conjunciones adversativas (más, pero, sin embargo, no obstante) si la proposición que introducen es corta. Ejemplo: Él quería sobresalir entre todos, pero no lo consiguió. v. en las oraciones en que el verbo se omite por sobreentenderse, la coma indica supresión. Ejemplo: Compré este traje en Buenos Aires; aquel, en Madrid.


 El punto y coma (;): indica una pausa superior a la coma e inferior al punto. Se utiliza:


   i) detrás de un fragmento extenso o cuando hay una pausa y ya se ha usado la coma dentro de ese fragmento. Ejemplo: A veces, hacia el final, me daba la impresión de que el tribunal empezaba a estar harto y quería quitarse de encima aquella carga; ya no tenían puestos los sentidos en el juicio, sino en alguna otra cosa. 

    ii) entre dos frases que exponen dos aspectos diferentes de una misma idea. Ejemplo: No podemos seguir así; vamos sin remedio al desastre. 

    iii) entre frases que indican un hecho y su consecuencia. Ejemplo: Una gran claridad me alumbró; salté de la cama y busqué la causa. 

   iv) para separar grupos de cantidades. Ejemplo: Precios azúcar, $2.50; sal $1.25. 

   v)  antes de las conjunciones adversativas (mas, pero, sin embargo, no obstante), si la proposición que introduce es larga. Ejemplo: Quise venir antes; sin embargo todos los problemas que confrontaba me lo impidieron. 


 Los dos puntos (:): representan una pausa menor a la del punto. Tienen la finalidad de llamar la atención del lector. Se utilizan: 

    i) delante de una enumeración anunciada con un verbo. Ejemplo: Los puntos cardinales son: norte, sur, este y oeste. 

    ii) en citas textuales. Ejemplo: Se tiró en la cama y gritó: “¡No puedo!” 

   iii)  después de las fórmulas de saludo en las cartas y documentos. Ejemplo: Estimado Sr. López: Tengo el placer de comunicarle que ha ganado el primer premio de nuestro concurso. 



 Los puntos suspensivos (…): suponen una interrupción en la oración o un final impreciso, bien porque se sabe o bien porque se prefiere callar. Se utilizan: 


     i) para producir una reacción en el lector. Ejemplo: El ladrón que andaba por el patio era… un gato. 

    ii) cuando se suprimen palabras, dejando al lector la comprensión de lo suprimido. Ejemplo: Recuerdo el refrán: “A mal tiempo…”. 

    iii) al final de una enumeración, cuando tiene el mismo valor que la palabra etcétera. Ejemplo: Todo lo malo estaba por venir: la anexión de Checoslovaquia, el asalto por sorpresa a Polonia, el ataque a Rusia, el Holocausto… 

    iv)  para expresar un momento de duda. Ejemplo: Tuve conflictos personales con el profesor de violín y con la niñera, con un oficial y con un actor, y no tenía ni 16 años… ¿No les estaré aburriendo? 



Los signos de interrogación (¿?): delimitan enunciados interrogativos. En español es necesario utilizar el signo de apertura porque no tenemos marcas gramaticales que lo sustituyan. 

    Nunca se deja un espacio después del signo de interrogación de apertura o antes del de cierre. 

    Nunca se escribe punto detrás de los signos de interrogación. Ejemplo: ¿Qué tal estás? Espero que tu estado de ánimo haya cambiado. 




   Los signos de exclamación (¡!): delimitan enunciados o interjecciones. Nunca se deja un espacio después del signo de exclamación de apertura o antes del cierre. Ejemplo: ¡Hola! ¡Qué sorpresa! 




 Los paréntesis (): encierran incisos aclaratorios dentro de un enunciado. Se usan en los siguientes casos: 

   i) cuando se interrumpe el sentido del discurso con un inciso aclaratorio o incidental, sobre todo si éste es largo, de escasa relación con lo anterior o posterior. Ejemplo: Las asambleas (la última duró casi cuatro horas sin ningún descanso) se celebran en el salón de actos. 

   ii)  para intercalar un dato o precisión (fechas, autores…). Ejemplo: Nací en La Felguera (Austrias). 




  Los corchetes [ ]: se utilizan por regla general de forma parecida a los paréntesis: para incorporan información o aclaraciones. Se utilizan cuando: 

   i) dentro de un enunciado o texto que va entre paréntesis es preciso introducir alguna nota aclaratoria o precisión. Ejemplo: Una de las últimas novelas que publicó Benito Pérez Galdós (algunos estudiosos consideran su obra Fortunata Jacinta [1886-87]) la mejor novela española del siglo XIX) fue El caballero encantado (1909). 

   ii) se quiere incorporar alguna parte que falta, aclaración, nota, desarrollo de una abreviatura o cualquier interpelación ajena al texto original. Ejemplo: La nieve hermoseaba [los parques y edificios de] la ciudad aquella fría mañana de diciembre. 

    iii)  encierran tres puntos suspensivos […] o cuando se omite una parte de un texto escrito, ya sea una sola palabra o un fragmento. Ejemplo: Le sonreí para decírselo; pero después pensé que él no pudo ver mi sonrisa […] por lo negra que estaba la noche. (Juan Rulfo: Pedro Páramo) 



 La raya (—): Para encerrar aclaraciones que interrumpen el discurso. Se puede sustituir por paréntesis. Ejemplo: Estuve esperando a Sara –una buena amiga– toda la noche, pero al final no vino. 

   En un diálogo cuando no se menciona el nombre de la persona o personaje. Ejemplo: — ¿Qué me has preguntado? —Yo, nada. Te has confundido de persona. 




   


 Las comillas (“ ”): Reproducir citas textuales. Ejemplo: Me dijo muy claramente: “No quiero aceptar esta proposición”.

   Para indicar que una palabra o expresión es impropia, vulgar, de otra lengua o con un sentido especial o irónico. Ejemplo: Sus “negocios” no me parecen claros. 



El guión (−):  Para separar (en determinados casos) los dos elementos que integran una palabra compuesta. Ejemplo: Es una lección teórico−práctica. 

    Para dividir una palabra al final del renglón cuando no cabe en su totalidad. Ejemplo: Mariana ha querido comprar los dibujos, pero no tiene la cantidad exacta.






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